La estructura de los domos se basa en una cáscara geodésica formada por triángulos que distribuyen las cargas de manera muy eficiente, permitiendo cubrir grandes superficies con un uso reducido de material y obteniendo una estructura liviana y resistente.
Esta geometría aporta estabilidad frente a vientos y sismos, y permite una gran libertad para ubicar vanos y aperturas hacia las vistas relevantes del entorno.
En el desarrollo de cada proyecto se consideran soluciones envolventes que favorecen el confort interior, como aislamientos térmicos, control de radiación solar, ventilación adecuada y estrategias pasivas de climatización, según clima y ubicación.
La forma esférica, además, reduce la superficie expuesta por metro cúbico, lo que contribuye a mejorar la eficiencia energética de la vivienda o recinto.
Si tu proyecto requiere requisitos especiales (clima extremo, normativa específica, usos particulares), podemos evaluar en conjunto la solución más adecuada.